Lectura y Actividad
El
siglo XX nos presenta un país transformado y en paz. Sin guerras civiles, con
una economía floreciente, donde el Estado es una parte interesada que compra,
negocia, estatiza, nacionaliza. Una población que crece recibiendo los
beneficios de la extensión educativa laica y gratuita, y de una legislación
social de claro corte humanitario, que la protege.
Sin
embargo, una sombra aparece sobre este
estado: la Constitución de 1830 continúa vigente. Pensada para otra época, no
contempla las necesidades de los nuevos tiempos. La legislación ha tratado de
solucionar los problemas más urgentes, (ej. Las leyes electorales). Pero todos
están de acuerdo en la necesidad de una reforma que adapte la constitución al
siglo y a los cambios y garantice una verdadera participación popular.
Analizando
la situación del país bajo la constitución del 30, Batlle llega a la siguiente conclusión:
Entrega un poder enorme al Presidente, quien si decide hacer mal uso del mismo,
puede tirar abajo toda la obra social realizada, o incluso convertirse en dictador.
El primer paso es lograr un acuerdo que posibilite
la reforma. La forma elegida es la
elección de una Asamblea constituyente, que elabore la nueva constitución.
Luego, será ratificada o rechazada por la ciudadanía en un plebiscito.
El Colegiado: La idea del colegiado se afirma en Batlle
después de su paso por Suiza, donde le asombra que la población no conozca el
nombre del presidente.
Un Ejecutivo colegiado,
pluripersonal, evitará los “personalismos”. La extensión del período de
gobierno a nueve años, permitirá que las obras iniciadas lleguen a fructificar,
impidiendo que sean dejadas de lado por un nuevo gobernante cada cuatro años.
Enseguida
surge la oposición. Entre los nacionalistas se piensa que esta es una forma de
perpetuar el poder en manos del partido colorado.
Los
conservadores, (banqueros, comerciantes, estancieros), que ya veían el peligro de las reformas de
Batlle, temen ahora ser perjudicados en sus posiciones de privilegio. El
colegiado es la gota que colma el vaso. Se oponen diciendo que nadie será el
verdadero responsable y el Estado tendrá que cubrir los gastos de nueve
presidentes en lugar de uno.
El país se divide en dos: colegialistas y anticolegialistas. Incluso dentro
del partido Colorado hay divisiones. Se separa un sector, llamándose
riveristas. En esta situación, al realizarse las elecciones para la Asamblea
Constituyente, triunfan los anticolegialistas, y el proyecto de Batlle no tiene
posibilidades.
La solución para
llevar adelante la reforma, es un acuerdo entre partidos, cuyo resultado será
la Constitución de 1917 que estableció un Ejecutivo con dos ramas, una
unipersonal, Presidente de la República elegido directamente por el pueblo
(duración del mandato: 4 años); y una rama colegiada, el Consejo Nacional de Administración de 9
miembros (6 para la lista más votada, 3 para la siguiente)
Actividad de comprensión:
1- ¿Cómo se encuentra
el país al iniciarse el siglo XX?
2-Lee atentamente y
resume cuáles fueron las causas por las que se plantea reformar la Constitución
de 1830.
3- ¿Cómo se realizará
esta reforma?
4-¿Qué le criticaron
sus opositores? ¿Quiénes eran?
5-¿Qué ventajas le veía Batlle y Ordóñez?
6-Finalmente, ¿Cómo se
organiza el Poder Ejecutivo en la constitución de 1917?