Aldea Neolítica
Esta mayor producción superó las necesidades inmediatas de la población, por lo que decimos que fue una producción con excedente.
Esto fue posible porque controlaron los desbordes de los ríos mediante construcción de canales de riego, lo que permitió aumentar las áreas cultivables y mantener a personas que trabajaban en otras actividades, como comerciantes, artesanos, sacerdotes, etc.
Es decir que no todos tenían que dedicarse a la agricultura para poder vivir. Comienza así una división del trabajo, al principio muy simple. Observemos el esquema del surgimiento de la vida urbana y veamos los cambios que se fueron produciendo en este pasaje de la aldea a la ciudad.
Cuando nos referimos a revoluciones, hablamos por lo general de dos cosas distintas con un rasgo común. En los dos casos las revoluciones son fenómenos que modifican en profundidad a la sociedad. El mundo posterior a la revolución es distinto del anterior.
La diferencia que podemos encontrar es que algunas son rápidas y violentas, y otras son procesos de mayor duración, de largas transformaciones.
La Revolución Neolítica se ubica en este segundo caso: se define como la etapa en la que los hombres, que hasta entonces habían vivido de la caza y la recolección, en forma nómade y tallando la piedra, comenzaron a domesticar animales y cultivar plantas, se volvieron sedentarios, pulieron la piedra e inventaron la cerámica. La vida humana se transformó en todos los aspectos: forma de organizarse, modo de obtención de sus alimentos, sus útiles, sus creencias, vestimenta, costumbres… por eso a estos cambios profundos se le llama “Revolución Neolítica”
El neolítico comenzó hace alrededor de 10.000 años en el Medio Oriente, y desde allí se difundió a Europa. En otras partes del mundo como América, también surgieron los cambios de manera independiente, hace unos 5.000 años.
Una primera característica de las comunidades neolíticas fue la sedentarización.
Los cazadores y recolectores, podían instalarse en asentamientos estables en áreas donde se concentraran abundantes recursos alimentarios, por ejemplo en bancos de moluscos, o en campos de gramíneas silvestres.
En el Cercano Oriente los primeros poblados fueron pequeños. Los hombres del neolítico en esta región, consiguieron domesticar un conjunto de plantas y animales: trigo, cebada, porotos, lentejas y habas. Cabras, ovejas, cerdos y perros (para pastoreo). Esto les permitió una reserva alimentaria de la que podían disponer en el momento que necesitaran. La domesticación de plantas y animales creó una nueva relación entre los seres humanos y la naturaleza y modificó también las relaciones entre los grupos humanos. Gracias a la mayor disponibilidad de alimentos, la población aumentó y los asentamientos humanos (aldeas) crecieron en cantidad y tamaño. Algunos alcanzaron las dimensiones de ciudades, surgiendo así las primeras civilizaciones. Definimos civilización como vida en ciudades o vida urbana.
Surgimiento de las Primeras Civilizaciones: en los valles aluviales de la “Media Luna Fértil”, los hombres comenzaron a producir alimentos en mas cantidad, y a perfeccionar sus útiles o herramientas.
La diferencia que podemos encontrar es que algunas son rápidas y violentas, y otras son procesos de mayor duración, de largas transformaciones.
La Revolución Neolítica se ubica en este segundo caso: se define como la etapa en la que los hombres, que hasta entonces habían vivido de la caza y la recolección, en forma nómade y tallando la piedra, comenzaron a domesticar animales y cultivar plantas, se volvieron sedentarios, pulieron la piedra e inventaron la cerámica. La vida humana se transformó en todos los aspectos: forma de organizarse, modo de obtención de sus alimentos, sus útiles, sus creencias, vestimenta, costumbres… por eso a estos cambios profundos se le llama “Revolución Neolítica”
El neolítico comenzó hace alrededor de 10.000 años en el Medio Oriente, y desde allí se difundió a Europa. En otras partes del mundo como América, también surgieron los cambios de manera independiente, hace unos 5.000 años.
Una primera característica de las comunidades neolíticas fue la sedentarización.
Los cazadores y recolectores, podían instalarse en asentamientos estables en áreas donde se concentraran abundantes recursos alimentarios, por ejemplo en bancos de moluscos, o en campos de gramíneas silvestres.
En el Cercano Oriente los primeros poblados fueron pequeños. Los hombres del neolítico en esta región, consiguieron domesticar un conjunto de plantas y animales: trigo, cebada, porotos, lentejas y habas. Cabras, ovejas, cerdos y perros (para pastoreo). Esto les permitió una reserva alimentaria de la que podían disponer en el momento que necesitaran. La domesticación de plantas y animales creó una nueva relación entre los seres humanos y la naturaleza y modificó también las relaciones entre los grupos humanos. Gracias a la mayor disponibilidad de alimentos, la población aumentó y los asentamientos humanos (aldeas) crecieron en cantidad y tamaño. Algunos alcanzaron las dimensiones de ciudades, surgiendo así las primeras civilizaciones. Definimos civilización como vida en ciudades o vida urbana.
Surgimiento de las Primeras Civilizaciones: en los valles aluviales de la “Media Luna Fértil”, los hombres comenzaron a producir alimentos en mas cantidad, y a perfeccionar sus útiles o herramientas.
Esta mayor producción superó las necesidades inmediatas de la población, por lo que decimos que fue una producción con excedente.
Esto fue posible porque controlaron los desbordes de los ríos mediante construcción de canales de riego, lo que permitió aumentar las áreas cultivables y mantener a personas que trabajaban en otras actividades, como comerciantes, artesanos, sacerdotes, etc.
Es decir que no todos tenían que dedicarse a la agricultura para poder vivir. Comienza así una división del trabajo, al principio muy simple. Observemos el esquema del surgimiento de la vida urbana y veamos los cambios que se fueron produciendo en este pasaje de la aldea a la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario