Este período es calificado como “el difícil proceso de consolidación nacional”
y se refiere, en términos generales, a la casi totalidad del siglo XIX, de 1830 al novecientos inclusive. Es una parte importante de todo el proceso político del siglo XIX que va desde la aprobación de la primera Constitución hasta el fin de las guerras civiles. Este proceso, entre otros aspectos, caracteriza este siglo.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta que este azaroso principio en sus principales características, no es privativo de nuestro país sino que, con sus lógicas particularidades, es común al resto de los países de América Latina.
Un historiador argentino de gran valía como Tulio Halperin Dongui ha calificado este tramo histórico de América Latina como “la larga espera”. Este historiador contemporáneo ha denominado de esta manera la prolongada etapa de luchas políticas internas y externas casi permanentes. Estos enfrentamientos ponían de manifiesto una gran inestabilidad que hacía dudar del futuro de estas sociedades como naciones independientes. Esta inestabilidad en parte se explica porque en este período se vivieron las contradicciones de una dominación u organización que moría (la colonización española) y otra que pugnaba por nacer (la criolla y luego nacional).
La situación casi permanente de fragilidad política fue la forma más notoria en que estos estados nacientes manifestaron la permanencia de conflictos no solucionados que, en su mayor parte, eran heredados del período colonial y de las luchas de Independencia. (Guía de 3° unidad 1)
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